17 noviembre 2007

"Espinita espiritual"

Pasa que no hago lo que tengo que hacer y mis determinaciones parecen ser cualquier cosa, menos eso, me enfrento de golpe con mi debilidad, la sensación se parece mucho a la experimentada cuando me caí en plena calle a los cinco años y mi nariz tardó horas en parar de sangrar, generalmente cuando sucumbo al error adopto mi mejor pose de mártir, para decir, tal vez no necesariamente con palabras un sufrido “me castigo Jefe”, tratando de demostrarle la consciente y buena hija que tiene, de darle una buena impresión, procurando convencerlo de que ya todo está bajo control, bajo mi control, pidiéndole que no se preocupe ni decepcione, que será la última vez que le fallo… que ilusa puedo llegar a ser…pequeña criatura empecinada en impresionar al Creador, reflexiono en este punto y me veo una y otra vez en el mismo proceso, hoy reconozco que eso no es lo que Él quiere de mi, siento fuerte dentro mío su voz diciendo hija ya no busques tus humanas soluciones, sólo haz lo que tienes que hacer, conóceme y aprende, tu ritual de piadosa está de más, quiero tu amor y obediencia no tu mejor intento de actuación… siento Su mano sobre mi cabeza, amorosamente, en el clásico gesto de los mayores frente a un pequeño que se equivoca mientras aprende algo.
A continuación “el gran descubrimiento”: tengo tanto que aprender, le agradezco por brindarme una nueva oportunidad, hoy presento la renuncia al rol de sufriente víctima de mis propios errores y me aferro como náufrago a su tabla, a la promesa de que Él hace todas las cosas nuevas, nunca se ha tratado de mis méritos, en tal caso la situación sería bastante desalentadora, en cambio tengo certeza de que hoy este asunto, el control de mi vida y su rendición absoluta en gratitud y amor a su propósito, es única e increíblemente entre Él y yo. Padre te amo, si TÚ no me castigas, tiene algún sentido que lo haga yo?, sólo Tu Verdad y Libertad iluminan mis pequeñas dudas con grandes esperanzas.